Investigadores de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el CONICET realizaron un importante avance para llegar a una vacuna contra la enfermedad de Chagas. Se trata de un prototipo de vacuna de subunidades, compuesta por moléculas puras de los microorganismos, actualmente son consideradas las más confiables por las agencias que regulan su desarrollo y producción.
En una primera etapa, un equipo dirigido por Iván Marcipar, profesor adjunto de la Cátedra de Tecnología Inmunológica, y compuesto por Gabriel Cabrera, Iván Bontempi, Estefanía Prochetto, Carolina Roldán, Daiana Bertona, Nazarena Pujato, Luz Peverengo, Miguel Vicco, Luz Rodeles, identificó los componentes que permiten un alto grado de protección contra la infección y una disminución muy significativa de las lesiones en su etapa crónica. Luego desarrolló integralmente esos componentes en la misma FBCB. Los mecanismos inmunológicos involucrados en la protección obtenida ya fueron evaluados.
En el trabajo, que se desarrolló con ratones, encontraron que la vacuna favorece una respuesta inmunológica muy rápida y eficaz, ya que afecta a las células del sistema inmune que disminuyen el ataque al patógeno en la primera etapa de la infección. Además, una vez que la infección ya está controlada, la vacuna permite disminuir el desarrollo de efectos adversos que se observan en la infección crónica de los ratones no vacunados. Este efecto se logra gracias a que en ese momento la vacuna aumenta el conjunto de células que controlan al sistema inmune para que no dañe los tejidos propios del individuo infectado. Esto significa un avance muy beneficioso que no fue descripto previamente en formulaciones vacunales.
 
Por qué una vacuna contra el Chagas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente se calcula que en el mundo hay unos siete millones de personas infectadas con el parásito Trypanosoma cruzi, que  puede ser transmitido por un insecto llamado vinchuca y por infección transplacentaria, transfusión de sangre, trasplante de tejidos o por consumir alimentos contaminados. Normalmente la infección no se manifiesta en la fase aguda o lo hace en forma leve e inespecífica, pero varios años más tarde las personas infectadas padecen problemas de corazón o del sistema digestivo con diferentes grados de invalidez e inclusive la muerte. En la etapa aguda de la infección, existen tratamientos con drogas antiparasitarias que son efectivas y por eso es muy importante tratar a los niños que nacen infectados. Durante la  fase crónica, en cambio, la efectividad del tratamiento ha sido  muy discutida por los expertos, y estudios multicéntricos recientes realizados en toda América Latina demostraron que, a pesar de que las drogas eliminan al parásito, no son  efectivas para evitar el desarrollo de la enfermedad. Por eso, es una necesidad urgente contar con nuevas estrategias que permitan controlar la infección y el desarrollo de la enfermedad.
Es por ello que el equipo de investigación de la FBCB persigue el objetivo de conseguir una vacuna que no sólo evite la infección primaria (cuando el parásito entra en contacto con el cuerpo), sino que también controle el avance de la enfermedad en personas infectadas y revierta los daños asociados a la infección. Uno de los principales lineamientos del equipo es trabajar sobre diseños vacunales que no tengan ningún riesgo al ser utilizados en seres humanos y puedan, por lo tanto, cumplir con las exigencias de los organismos reguladores para ser evaluados en pruebas clínicas.
Los resultados logrados hasta el momento demuestran una mejor protección gracias a la acción del antígeno y el adyuvante propios.

Proyectos futuros
Hoy el equipo está concentrado en  profundizar  diferentes líneas de trabajo. Una de ellas es lograr la cura parasitológica en los ratones mediante la vacunación profiláctica: cabe aclarar que ningún prototipo de vacuna a nivel mundial lo ha logrado por lo que es una meta ambiciosa. Para ello están trabajando sobre la complementación de la vacuna con nuevos antígenos y prevén incluso la potenciación del adyuvante. Alternativamente, plantean que aunque no se logre ese objetivo, la disminución de la carga de parásitos y la respuesta inmunológica beneficiosa hace posible pensar en la utilidad de vacunar en forma preventiva para evitar el desarrollo de la enfermedad que se da solo en 30% de los pacientes infectados.
Otra línea es el estudio de la utilización de la vacuna para tratar personas ya infectadas. En ese sentido ya se está evaluado su efecto sobre ratones que están infectados en forma crónica con el T. cruzi.
Finalmente, es necesario destacar que las investigaciones aplicadas hasta el momento permiten identificar los mecanismos de la respuesta inmune contra el parásito que no habían sido descritos antes por otros investigadores, lo cual permite aportar información novedosa sobre mecanismos inmunológicos de utilidad para toda la comunidad científica.

Reconocimiento Internacional
Los resultados del desarrollo mencionado fueron publicados en destacadas revistas especializadas en vacunas como Vaccine, Immunotherapy, Pharmacy and Pharmacology y Oncotarget; ésta última con un impacto mayor a seis en el área de inmunología y líder en artículos publicados sobre la temática.