En la tarde del martes el intendente de la ciudad de Santa Fe, José Corral, visitó las instalaciones de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL para brindar un reconocimiento a la profesora Raquel Chan, directora del grupo que investigó el gen que permite obtener plantas tolerantes a la sequía y a la salinidad. Estuvo acompañado por el secretario de Desarrollo Social Carlos Medrano, el secretario de la Producción Pablo Tabares y el director de la Agencia de Cooperación, Comercio Exterior e Inversiones, José María Chemes. Por parte de la UNL estuvieron presentes el rector Albor Cantard y el decano de la FBCB Javier Lottersberger.
"Queremos felicitarte en nombre de la ciudad por este trabajo que sabemos que tiene muchos años" expresó Corral mientras otorgaba un presente a la investigadora. Chan manifestó que prefiere "el perfil bajo", a lo que el intendente contestó que "muchas veces los santafesinos no valoramos lo que tenemos, y es importante que la gente sepa que hay personas que hacen ciencia de nivel mundial en nuestra ciudad". A esto agregó que "es un orgullo para todos que esta investigación haya salido de acá".
Posteriormente tuvo lugar una reunión entre las autoridades presentes en el despacho del Decano.


Un descubrimiento que traspasa fronteras
Los investigadores obtuvieron plantas transgénicas capaces de tolerar condiciones de sequía y salinidad; en otras palabras, capaces de sobrevivir en condiciones muy desfavorables.
Para hacer frente a estas agresiones, han adquirido mecanismos de adaptación que son más o menos efectivos, según la especie. Uno de esos mecanismos está regulado por un gen de girasol que fue introducido como transgén en plantas que se utilizan como modelos experimentales. El resultado fue una nueva planta, con su estructura genética modificada, capaz de soportar algunas de las peores agresiones que sufren, por ejemplo, los cultivos extensivos.
Posteriormente, el desafío fue trasladar el trabajo a soja, maíz y trigo, cultivos genéticamente muy distintos. Actualmente se está evaluando esta tecnología a campo, con resultados avanzados en los tres cultivos: trigo, soja y maíz.
El trabajo ha mostrado que las especies transformadas pueden soportar períodos más prolongados de exposición a condiciones extremas que sus originales sin transformar. El tiempo de sobrevida depende también de la combinación del tipo de clima y las condiciones de suelo donde se encuentre cada cultivo.
La tecnología en cuestión involucra la utilización de un promotor inducible por condiciones de estrés hídrico y salino, elemento cuyo empleo queda protegido por la patente obtenida en nuestro país, y anteriormente en Estados Unidos, India, México y China.
El hecho trascendió a partir de la firma de un nuevo convenio entre Bioceres, Conicet y UNL que se suscribió con la presencia del Ministro de Ciencia y Técnica de la nación y --a través del sistema de videoconferencias-- la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Asimismo, este desarrollo científico podrá ser comercializado internacionalmente a partir de una rúbrica entre la empresa estadounidense Arcadia Biosciences y Bioceres. La patente fue otorgada en cinco países: Argentina: Estados Unidos, India, México y Brasil.

Orígenes
La investigación se gestó en el ámbito de la Cátedra de Biología Celular y Molecular de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), comprendida en el actual Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), dependiente de la UNL y el CONICET, que dirige Raquel Chan.
El equipo de inventores estuvo conformado inicialmente por Gabriela Gago, Carlos Dezar (quienes ya no son parte del mismo), Daniel González y Raquel Chan, directora del equipo. Asimismo y para la continuación del proyecto intervinieron otros estudiantes de doctorado e investigadores del IAL, quienes aportaron al mejoramiento de esta tecnología. Entre ellos, cabe mencionar al Dr. Pablo Manavella quien encontró que las plantas eran tolerantes al ataque de insectos, hito posterior a la presentación de la patente así como a los licenciados Agustín Arce y Matías Capella que contribuyeron con el análisis de las secuencias, la Dra. Karina Ribichich que participó en el análisis de las plantas de trigo y la Dra. Julieta Cabello que realizó ensayos en la cámara de cultivo con las plantas de interés agronómico.