La oficina de patentes y marcas de Australia concedió una patente de invención a Bioceres, el CONICET y la Universidad del Litoral por un desarrollo surgido desde el Laboratorio de Tecnología Vegetal de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL. Se trata de una importante herramienta para la ingeniería genética en materia vegetal, consistente en un “potenciador de genes”, es decir, una molécula de ADN que aumenta el nivel de expresión de genes en las células de las plantas.
La invención consiste en una nueva herramienta (amplificador o enhancer en inglés) que puede ser utilizada en la transformación de plantas de interés agronómico con fines de mejoramiento. Dicha invención se llevó a cabo en el marco de un Convenio de Investigación y Desarrollo firmado en agosto de 2005 entre Bioceres, CONICET y la Universidad del Litoral.
La investigación se llevó a cabo en Laboratorio de Tecnología Vegetal de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas, sede del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral. El grupo de investigadores que participó está conformado por Daniel González, Julieta Cabello, Graciela Curi y Raquel Chan. 
Éste es un desarrollo llevado a cabo enteramente en nuestro país con el aporte conjunto de los sectores público y privado. Como parte de este convenio, Bioceres asumió el compromiso por el gerenciamiento y financiamiento de la investigación y el patentamiento de las invenciones, siendo la propiedad de las mismas compartida entre las tres entidades firmantes. 

Orígenes
Estos desarrollos innovadores en biotecnología vegetal se gestaron en el ámbito de la Cátedra de Biología Celular y Molecular de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), que derivó en el actual Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), dependiente de la UNL y el CONICET, que dirige Raquel Chan. 
El equipo estuvo conformado inicialmente por Gabriela Gago, Carlos Dezar (quienes ya no son parte del mismo), Daniel González y Raquel Chan, directora del equipo. Asimismo y para la continuación del proyecto intervinieron otros estudiantes de doctorado e investigadores del IAL, quienes aportaron al mejoramiento de esta tecnología. Entre ellos, cabe mencionar al Dr. Pablo Manavella quien encontró que las plantas eran tolerantes al ataque de insectos, hito posterior a la presentación de la patente así como a los licenciados Agustín Arce y Matías Capella que contribuyeron con el análisis de las secuencias, la Dra. Karina Ribichich que participó en el análisis de las plantas de trigo y la Dra. Julieta Cabello que realizó ensayos en la cámara de cultivo con las plantas de interés agronómico.