En medio de la pandemia que está atravesando el mundo, cuatro graduadas de la Licenciatura en Nutrición de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) realizan su aporte profesional en el área de Epidemiología en equipos provinciales y nacionales.
En la Residencia de la dirección de Epidemiología del Ministerio de salud de Entre Ríos, las licenciadas Ana Luz Kruger, Emilia Natella y Maira Centurión tienen como principal actividad la vigilancia de casos de Coronavirus. En Capital Federal, Lara Gómez colabora con el equipo que trabaja sobre el tiempo de duplicación del COVID-19 en la Dirección Nacional de Epidemiología, cuyos resultados presentó hace semanas atrás el presidente Alberto Fernández.

La epidemiología como campo de acción
Ligada íntimamente al campo de la nutrición, la epidemiología busca evitar que las enfermedades se sigan expandiendo, eliminado los factores que hacen que las personas enfermen, ya sea por exceso de peso, desnutrición o una enfermedad crónica como la diabetes. Se estudia al individuo de manera integral, desde el comportamiento de la persona con respecto a los alimentos, como el medio social en el que se encuentra inmerso y que pueden influenciar en este.
En este marco las las profesionales trabajan y se especializan en situaciones de emergencia, brotes de enfermedades, epidemias o pandemias como la que atravesamos actualmente.
En la dirección de Epidemiología del Ministerio de salud de Entre Ríos, las licencicumplen una función esencial dentro de la Salud Pública ya que realizan la vigilancia de los posibles casos contagio. Su tarea inicia cuando el personal médico les deriva un paciente con sospecha de contagio; se activa el protocolo: entrevistas telefónicas, evolución clínica de los casos, interacción de los paciente con otras personas, lugares por donde transitó o  viajó, según relevamiento se toman las medidas pertinentes hasta la recuperación del paciente. Paralelamente el laboratorio de Epidemiología analiza las muestras que se reciben para determinar casos positivos o no.
Cabe destacar que durante los cuatro años de residencia las tres profesionales realizan estudios  de diferentes enfermedades de notificación obligatoria como por ejemplo dengue, meningitis, leptospirosis, hantavirus, influenzas, síndrome urémico hemolíticos, encefalitis, coqueluche, triquinosis, hidatidosis, coronavirus, entre otros.
“Es importante que se conozca la implicancia del Licenciado en Nutrición en el ámbito de la Epidemiología, no sólo porque es un camino poco conocido hasta hace unas semanas, sino  también para que los alumnos de la carrera puedan conocer otras ramas de la profesión que van más allá de las convencionales. La investigación en salud es un ámbito magnífico que debe ser más explorado”, explica Krueger.
Radicada en Buenos Aires, Lara Gómez (que por razones de confidencialidad laboral no puede ampliar detalles de su trabajo), se desempeña como profesional en la elaboración de estadísticas de datos sobre el tiempo de duplicación del COVID-19, herramienta indispensable para la toma de decisiones por parte del gobierno. A su vez colabora en el análisis de los datos de la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición de Salud, de la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia de la Nación. “En Buenos Aires, la coordinadora y los residentes de la Dirección de Epidemiología, me integraron rápidamente al grupo de trabajo y allí conocí a muchas nutricionistas que se dedican a salud pública y a la investigación, lo cual también me dio muchas herramientas para poder fortalecerme en este aspecto y vincular la epidemiología con mi carrera de base”, explicó.

Diversificar el campo de acción
En el contexto que vivimos, donde el coronavirus pone en jaque el sistema de salud, las jóvenes graduadas relatan cómo se decidieron por la epidemiología,  dónde nació la vocación, algo poco usual en los graduados de la Licenciatura en Nutrición.
“Desde un primer momento sentí curiosidad por esa área, comencé mi camino como ayudante alumno en la materia Epidemiología general y nutricional en la FBCB, y cuando me gradué como Licenciada ya sabía que la epidemiología y la investigación eran lo que quería para mí. Transite como concurrente en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Dr. Emilio Coni”, y en el breve tiempo que estuve ahí, se dio la posibilidad de Ingresar a la Residencia de Epidemiología en la provincia de Entre Ríos, dónde me encuentro desde hace 3 años”, relata Kruger.
Emilia Natella cuenta que se decidió por la epidemiología “durante el cursado de las materias Salud Pública y Epidemiología, “ supe que me podía dedicar a esto, y actualmente trabajo como Epidemióloga en un Centro de Salud y estoy culminando el cuarto año de la residencia”.
Mientras que Maira Centurión descubrió esta especialidad mientras elaboraba su trabajo de tesis bajo la dirección de docentes de la cátedra de Epidemiología. “Siempre me había interesado trabajar con la salud pública y la investigación, por lo cual esta residencia me pareció una excelente oportunidad para insertarme y ampliar mi formación profesional”.
Finalmente, Gómez admite que al momento de decidirse en qué facultad estudiar, hizo hincapié en que la investigación sea una de las incumbencias de la carrera. “La epidemiología me brindaba la posibilidad de poder realizar investigación incluyendo a la salud pública como eje, si bien no tenía absoluta certeza sobre las tareas a desarrollar en ese ámbito, tuve reuniones con quienes serían mis tutores en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), quienes también son profesores de la Facultad, y ellos me explicaron bien cómo podría realizar el trabajo y esto terminó de convencerme”.

Reconocer oportunidades y potenciar vocaciones
Sobre cómo viven sus realidades y se adaptan como profesionales a un nuevo escenario en salud, Lara y María Luz hacen sus valoraciones.
“Como graduados de la Licenciatura en Nutrición, tenemos miles de oportunidades, solo es necesario salir a golpear las puertas y aprovechar al máximo todas las oportunidades que la Universidad Nacional del Litoral (UNL) nos ofrece a través de sus pilares importantes que son la docencia, la extensión y la investigación. Considero que es importante comenzar un camino cuando uno es alumno, y me hace muy feliz como egresada poder contribuir a la salud pública ayudando cada día a mejorar la salud de las personas y conociendo la realidad en la que se encuentran inmersas” reflexiona Krueger.
Por su parte Gómez agrega, “la mayor enseñanza que podemos destacar de estas experiencias es que como profesionales siempre se puede seguir creciendo, avanzando y que más allá de las limitaciones de cada uno, con voluntad y esfuerzo siempre se puede ir para adelante, tanto en lo personal como en lo profesional. Cada persona va encontrando dificultades en el camino, pero hay que tomarse un tiempo para aceptarlas y seguir; siempre vale la pena luchar por lo que uno quiere y cree que es justo, no solo en lo individual sino también en la sociedad. La salud pública logró convencerme de que lo más importante es el bien común. También estoy profundamente agradecida con la UNL, es un privilegio ser graduada de la educación pública y lo mejor que podemos hacer con nuestra profesión es devolverle a la sociedad su aporte, mejorando su calidad de vida y como profesionales seguir aprendiendo e innovando”, finalizó Gómez.